¡Hola Dios! ¿Cómo estás?...
Te escribo para saludarte y porque ahora
sí tengo que surtirme, pues la "canasta básica" con que me mandaste
al mundo se me ha ido agotando a lo largo de estos años.
Por ejemplo, la paciencia se me
acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan
poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está también vacío. La imaginación
también está escaseando por estos rumbos. También debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos enojos y problemas me han ocasionado. Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta: Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo "Cómo ser más prudente", volúmenes 1, 2 y 3. Envíame también varias bolsas grandes, pero "bolsones" de madurez que tanta falta me hace. También quisiera un baúl de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera. Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra. Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho. Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empachó. Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caería excelente. Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño. Por favor mándame un frasco de merthiolate y una cajita de curitas para sanar mi corazón, porque últimamente ha tropezado bastante y tiene muchos raspones. Te pido unos diskettes, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más. Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas. Necesito también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo. ¿Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo, ah? Sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga. También quisiera una cajita de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños. Necesito también una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos. Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga algo que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra. De antemano te agradezco lo que puedas mandarme y te agradezco el doble todo lo que me enviaste la primera vez.
Con mucho cariño....
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