Claves para corregir nuestros errores
Practicar la mirada
interior. Esta es una tarea que consiste
en vernos a nosotros mismos, con gentileza pero con objetividad y firmeza, para
asumir el compromiso de cambiar aquello que, presente en nuestro interior, nos
impide proyectar lo mejor de nosotros hacia los demás y hacia la vida.
Evitar justificarnos en el
comportamiento de otro. Dejemos de buscar culpables de lo que nos pasa, de sentirnos víctimas
de los demás y de esperar a que otros hagan algo bueno por nosotros, y asumamos
la responsabilidad y el compromiso de hacer el trabajo necesario, con voluntad,
conciencia y alegría, para transformarnos y convertirnos en la causa que genere
un mayor bienestar.
Pedir disculpas. Que tu arrepentimiento no se quede solo en
palabras bonitas. Además de pedir disculpas, es importante que hagamos algo
concreto para mostrar nuestro compromiso de corregir el error o la ofensa
cometida. ¿De qué manera puedo corregirlo? ¿Qué puedo hacer para que te sientas
bien? Estas son frases que hacen sentir mejor a las personas afectadas.
Vencer el sentimiento de culpa. Los errores que cometemos son la única
forma que tenemos de aprender para corregir y ajustar el rumbo que lleva
nuestra vida. No te juzgues tan duramente y en lugar de preguntarte por qué lo
hiciste, acepta, con calma, que te equivocaste y disponte a corregirlo para
que no te vuelva a suceder. Atrévete a tomar tus propias decisiones.
Mostrarse dispuesto a corregir. Una vez que tomes la decisión, no te
detengas. Convertir tu decisión en una acción concreta te ayudará a mover una
pieza del juego que compartes con la vida. El próximo movimiento lo hará ella,
que, como siempre, está dispuesta a hacer cuanto sea necesario para apoyarte a
la hora de superar los momentos difíciles para que tengas una existencia feliz.
Asumir nuestra responsabilidad. Mientras insistamos en buscar culpables de
lo que nos pasa, no podremos hacer algo concreto para cambiarlo. Asumir nuestra
responsabilidad en la situación que estamos experimentando hará que estemos
dispuestos a revisarnos y a cambiar.
Convertir nuestra intención en
acción. Solo tú puedes
hacer algo concreto para dejar de reaccionar cuando te sientes afectado
emocionalmente, repitiendo una y otra vez los mismos pensamientos, actitudes y
comportamientos. Haz una lista de propósitos personales y asume el compromiso
de cumplir cada uno de ellos.