Estas
son las 12 puertas:
1 – Descubrir nuestro valor: No importa lo inteligente, atractivos y brillantes que podamos ser. Si
dudamos de nuestra valía, entonces nuestros propios pensamientos sabotean todos
los esfuerzos y pueden acabar por socavar las relaciones y nuestra vida. Es
necesario abrirse a la vida abundante con el convencimiento de que nos
merecemos aquello que deseamos o tenemos. En la medida en que nos creemos que
lo merecemos, descubriremos nuestro valor.
2 – Recuperar nuestra voluntad: Incluso los mejores planes siguen sin
hacerse si no existe un motor o una voluntad decidida a hacerlos. El amor
propio y la autoestima surgen como consecuencia de hacer lo que hay que hacer
cuando toca hacerlo.
3 – Energizar el cuerpo: Si nos falta la vitalidad no tenemos nada, si tenemos salud, todo es
posible. Lo único de lo que podemos estar seguros es que tenemos un cuerpo para
vivir. Cuidar este cuerpo es l manera más fácil de estar bien con nosotros
mismos y con el entorno.
4 – Administrar nuestro dinero: Al aclarar nuestros objetivos y el uso de
nuestros dones, podemos hacer circular correctamente el dinero. Amar aquello
que hacemos y disfrutar trabajando al servicio de los demás, nos ayudan a
conectarnos con la más alta vocación de nuestra alma. El dinero es energía y
por tanto es neutro, no es ni bueno ni malo. El uso de nuestra energía nos
revelará el correcto uso del dinero.
5 – Controlar nuestra Mente: “El mundo es un reflejo de tu mente.” En una mente limpia no hay lugar
para fantasmas. Cada uno de nosotros vemos el mundo a través de infinidad de
filtros: las creencias, la educación, la opinión, la interpretación, los
miedos…. Sólo con una mente libre de condicionamientos podremos objetivamente
captar la realidad.
6 – Confiar en nuestra intuición: La intuición es la llave que nos abre la
puerta a las dimensiones superiores o espirituales del Ser. La intuición nos
permite reconectarnos con nosotros mismos y responder al mundo con otra
claridad.
7 – Aceptar nuestras emociones: Aceptar completamente nuestras emociones,
sin apegarnos a ellas. No somos nuestras emociones ni nuestros pensamientos.
Hay que reconocerlos, hacer las paces con ellos y soltarlos completamente para
no identificarse con ellos.
8 – Plantarle cara a nuestros miedos: “el valor no está en la ausencia de miedo,
sino en su conquista.” El coraje diario no es un sentimiento sino una acción.
Usted puede dirigir su atención hacia lo positivo y tratar de fijar su mente,
dirigiéndola, y así al afirmar su poder, sin emociones. Visualizando los resultados
positivos conseguirá superar sus miedos.
9 – iluminar nuestra sombra: Debemos ser capaces de bajar a las profundidades de nuestra sombra y
ser capaces de iluminarla. Esto liberará una gran cantidad de energía, que de
otro modo perdíamos en tonterías y que ahora recuperaremos para ser más
eficaces. El conocimiento de sí mismo genera la autenticidad, alegría y
compasión.
10 – Abrazar nuestra sexualidad: La negación de las energías de la vida
como la energía sexual no es una práctica recomendable. Debemos observarnos,
aceptarnos y con prudencia respetar al otro. Hacer el amor puede ser una
práctica espiritual y una celebración de la vida.
11 – Despertar nuestro corazón: En esta puerta se nos despierta un nuevo
estado en nuestro corazón. Fluye y rebosa amor, amor que perdura, que une y no
separa, que no son sólo palabras o sentimientos, que no seduce o controla, que
sólo es y por ser ilumina. El amor nos abre las puertas a la iluminación
diaria.
12 – Servir al Mundo: El servicio es a la vez un medio y un fin, al dar a los demás, viene a
nosotros la abundancia y la paz interior. La última puerta da sentido a la
vida.
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