Ayer
“Hay tres cosas que nunca vuelven atrás:
la flecha lanzada,
la palabra pronunciada y
la oportunidad perdida
HOY cuando puedo decidir que flechas lanzar y hacia donde, que palabras pronunciar y hacia quien, que oportunidades no perder y actuar…
Cada vez que lanzo una flecha me hago un regalo, a través de la lanza envío algo que está en mí, no puedo lanzar algo que yo no tengo, que no es mío, que no conozco. Al lanzar lo que está en mí lo vivo, lo siento, lo disfruto o lo padezco. Si lanzo algo que no me gusta, al padecerlo me doy la oportunidad de conocerlo y, entonces, poder modificarlo.
Cada vez que pronuncio una palabra yo también la oigo, como hace aquel a quien se la dirijo. A las palabras que pronuncio yo las lleno de mi propio contenido igual que aquel que las recibe la llena de su propio contenido al escucharlas. Es en el contenido donde está el regalo, de lo que comunico, al hablar y al escuchar.
Pero la vida no cesa en ofrecerme regalos a través de oportunidades, eso sí conllevan acción por mi parte, por eso a veces disimulo no verlas. Pero tanto disimulo me resulta agotador y doloroso, me causa tal insatisfacción estar siempre preocupada de andar por la vida intentando no ver lo que sucede alrededor… Entonces un día, que solo puede ser hoy, decido mirarla de frente y aceptarla: ¡guau estoy viva!
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