Revive tu confianza
La confianza es un
ingrediente esencial para casi todo: la confianza en uno mismo como persona,
como trabajador, deportista, artista… Si un deportista pierde la confianza
empieza a bajar su rendimiento. Si no tienes confianza en el médico que te
trata o en la medicina que te prescribe, es posible que no tengas buenos
resultados.
La confianza es la plataforma emocional con la que nos podemos ir moviendo a
través de los cambios en la vida, acercarnos a lo que queremos.
¿Confías en ti? ¿En qué basas tu confianza? Podemos basarla en nuestras
capacidades y experiencias, y decirnos: Sé que me va ir bien en esta
conferencia, ya lo he hecho antes.
¿Y qué pasa cuando necesitamos confiar a ciegas, confiar o más bien, tener fe?
Hay momentos en que necesitamos confiar de que llegará un pedido a tiempo, de
que emitirán una carta aval a tiempo para pagar la clínica ¡antes que se
presente el parto! Confiar o tener fe en que se unirá el espermatozoide y el
óvulo en un costosísimo tratamiento de fertilidad; en que resultará un
tratamiento médico para salvar la vida de alguien…
Aquí se trata entonces de confiar en Dios, en la
divinidad, en un orden superior, en algo superior. "Como un grano de
mostaza", o sea, sería necesario sólo un poco de fe para mover montañas,
como siempre nos han dicho la mayoría de las religiones y corrientes espirituales.
¿Cómo cultivas tu fe? A mí me ha servido hacer un recuento de todas las veces
que me ha llegado una ayuda Extraordinaria de una manera que sólo podía venir
de Dios, mis ángeles, mis maestros, mis guías. Me pongo a recordar cómo me han
ayudado y me han dado señales de muchas maneras, y ¡Gracias a Dios! Me llenan
de confianza de nuevo.
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Creo que cuando damos cabida a la confianza y la fe, abrimos aunque sea una
rendijita, y entra una luz y podemos empezar a recibir ayuda.
Mientras más confianza tenemos en nosotros, en Dios, mejor nos va, podemos
andar mejor aunque estemos en medio de una crisis global; y al revés: mientras
más miedo y desconfianza tenemos, menos vemos las posibilidades de salir del
hueco.
Si la falta de confianza es sinónimo de miedo, el antídoto sería el amor. El
amor por nosotros mismos, el amor a nuestras familias, a lo superior, a
Dios….Amor y entrega.
Revive tu fe.
Recuerda un momento en que tuviste mucha confianza en ti, confianza y fe en que
recibirías la ayuda que necesitas, confianza en Dios. Siéntate a revivir ese
momento, observa lo que observabas en ese momento, escucha lo que oías en ese
momento, métete en esa sensación, imprégnate de esa sensación de nuevo.
El cerebro no distingue si es imaginación o lo estás viviendo, y producirá los
químicos que te impulsarán la energía en el cuerpo, las endorfinas, la
adrenalina positiva…
Hazlo y verás cómo revives tu confianza, aunque sea un poco, y mientras más
constancia le pongas aumentarás más tu confianza.