miércoles, 8 de septiembre de 2010

Serenar el alma


Si miramos hacia atrás observaremos que nuestra vida nos ha colmado de momentos maravillosos que enriquecen nuestra existencia. Todos seguramente podemos recordar con placer la cantidad de risas y canciones compartidas con nuestra familia, amigos, compañeros de camino, pero también, vemos todos los sueños, metas y objetivos alcanzados que nos permite decirnos "yo si puedo".

Sin embargo, también contactamos con el dolor, la frustraci
ón, fracasos y todos esos momentos en los que sentimos que nada sale bien, que se hace cuesta arriba seguir adelante y se pierde en ocasiones el optimismo.

En estos momentos es cuando nos fortalecemos, despertamos, evolucionamos y es exactamente lo que necesita nuestra alma para crecer y lograr alcanzar el objetivo vital que justifica nuestra existencia.

Cada uno de nosotros nace para trabajar y evolucionar algunos aspectos personales y lo interesante es que, hasta que no aprobemos ese examen que impone la vida, no seguimos al siguiente, por lo que,
¿de qué sirve quejarse?
Entonces serena tu alma, me refiero a que llegó el momento de hacer una pausa en la vida tan agitada y tal vez tomar el volante de tu vida y girarlo en otra dirección y hacer los cambios necesarios para continuar el camino hacia la evolución.

A veces es necesario transitar una parte del camino en soledad, otras veces acompa
ñado y aparecerán los maestros para orientar o sugerir opciones que debemos escuchar para encontrar las mejores alternativas vitales.

Entretanto, les invito a desarrollar la intuici
ón, a fortalecer el maestro que vive en cada uno de nosotros y escuchar su voz interior; desde ese lugar, es decir, mirando adentro hallarás la solución, recordando que cada ser humano guarda en sí mismo toda la sabiduría que conviene a ese reto vital.

En este sentido, para serenar el alma aprende a orar, a meditar, a respirar y a regalarte cada d
ía 5 minutos para reflexionar, revisar lo realizado y buscar mejorar.

Cada amanecer nos brinda la oportunidad para engrandecernos como personas, para fortalecer el amor, la bondad, la solidaridad, la justicia y el hacer valer nuestros derechos.

Si cada ser humano busca conscientemente ser mejor persona, tendremos hogares m
ás sanos y un país con más salud mental, pero los cambios de paradigma y formas de actuar se construyen cada día y con mucha voluntad.

Por lo que dejemos a un lado la queja y entendamos que lo que nos sucede es lo que nuestra alma necesita para evolucionar, busquemos nuestra paz interior y desarrollemos nuestro yo interno, nuestra luz interior que iluminar
á la ruta a seguir, enriqueciéndonos cada día y cultivando los valores que engrandecen nuestro ser.

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